La Asociación de Alzheimer de Zamora se convirtió ayer en punto clave para el “Camino de la Memoria”, un proyecto en el que el fotógrafo Alejandro Hurtado B. y el periodista Antonio Ortín están realizando la Ruta Jacobea con un propósito especial y diferente, difundir un mensaje de concienciación sobre el alzhéimer y el impacto que genera en las familias, una enfermedad que el veterano periodista sufrió en la figura de su madre, quien falleció hace cuatro años.
Amigos íntimos y familia, hace unos meses decidieron realizar juntos la Ruta de la Plata como un viaje puramente turístico, hasta que surgió el “chispazo”, cuenta Antonio O., “yo viví el alzhéimer muy de cerca con un impacto emocional muy tremendo y me sentía en deuda con la gente que ayudó a mi madre y a mi familia. Al final, el alzhéimer cuando te llega entra como un tsunami, te transforma todas las relaciones familiares, te lo cambia todo, readapta tu vida, transforma incluso tu esquema mental, tu madre deja de ser la mano que te da la merienda para ser tú el que tienes que darle de comer. Cuando te ves en ese abismo en el que se abre el mundo bajo los pies, aparecen las AFA, en mi caso AFA Málaga, ellos te ayudan a verlo todo mucho más fácil y, sobre todo, a digerirlo mejor. Son héroes porque están ahí para que ellos sean felices pero también para ayudarte a ti; entonces yo, egoístamente, sentía una necesidad de expresar esa gratitud más allá de un gracias”.
De ahí que el proyecto se convirtiese en un tributo a estas asociaciones en el que ambos han sabido exprimir sus mejores cualidades; deportistas por naturaleza, están pedaleando los más de 700 kilómetros que completarán el recorrido mientras recogen un testimonio de la ruta secular y de las AFA que encuentran a su paso.
Alejandro H. es “bombero de profesión y un fotógrafo extraordinario, tiene un ojo especial”, así le define su compañero de viaje. Por ello se está encargando de recoger los testimonios gráficos que al final del camino conformarán un libro cuyos ingresos irán destinados a la Asociación de Familiares y Enfermos de Alzheimer de Málaga, quien editará el libro gracias a la aportación de Fundación Unicaja y de las otras empresas colaboradoras: Genológica e Hidalgo Monci. Además, realizarán una exposición con material inédito cuya recaudación irá del mismo modo destinada a dicha entidad.
Aquí surge la primera dificultad, cuenta Alejandro H., “el alzhéimer no es una enfermedad muy visual, entonces, ¿cómo fotografías lo que ocurre dentro?, es complicado”. También lo era conectar de una manera tan significativa la ruta jacobea con la enfermedad, pero Antonio Ortín lo tiene claro, “para mí el Camino de Santiago en sí es una metáfora de la vida, cuando lo hice por primera vez me marcó porque creo que tiene mucho de reencuentro interior, de cómo tu miras hacia adentro, y el alzhéimer también tiene un poco de eso”.
Así, a lo largo del libro, una breve narración conducirá al lector a través de fotografías que reflejarán la vida normal de las personas, desde su nacimiento, llegando a un punto en el que aparecerá el alzhéimer y comenzará un paralelismo entre el camino y la enfermedad, hasta que poco a poco éste último desaparezca y quede la última etapa de las personas con alzhéimer.