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Paciencia y rutina, éstas son las claves principales para que los cuidadores de un enfermo de demencia puedan afrontar las dificultades que se les presentan diariamente debido a las capacidades que su familiar va perdiendo.

Bajo el título «Factores de riesgo en demencias», Beatriz Díez, enfermera de AFA Zamora, ha dado unas pautas generales a los partícipes del Programa de Atención a Familias de la Asociación, tanto en Zamora como en Toro.

A lo largo del seminario se han tratado los temas relativos al enfermo de demencia que tienen que ver con aspectos relacionados con el área más sanitaria y de cuidados especializados en este sentido.

«Los problemas que más habitualmente le surgen a los cuidadores suelen estar relacionados con la alimentación, ¿cómo conseguir que coma?, las incontinencias ocasionales, los cuidados de la piel, el sueño o el descanso, la prevención de caídas y el tratamiento farmacológico«, para ello se desarrollan estos seminarios, se trata de que sus familiares sepan cómo resolver ciertas situaciones y evitar que el deterioro avance más deprisa. 

ALIMENTACIÓN

Por ejemplo, nos explica Beatriz Díez, «el ambiente correcto a la hora de comer ha de ser tranquilo, intentar que sea siempre a la misma hora y en el mismo sitio, es decir, tener los mismos hábitos, no tener prisa y, sobre todo, tener paciencia.» La frustración a la que se somete el propio cuidador ante una insistencia reiterada perjudica a ambos, por ello es aconsejable «poner poca cantidad de comida muy bien presentada» y, en caso de que sea necesario, siempre por indicación médica, complementarlo con un apoyo nutricional para que no tengan ninguna carencia. Todo ello dependiendo siempre del grado de dependencia que tengan.

INCONTINENCIAS

Crear hábitos es esencial para mejorar la relación en el día a día. Cuando una persona empieza a tener incontinencias surgen muchas dudas acerca de cómo afrontarlo. En este punto, B. Díez aconseja «llevarles al baño cada dos o tres horas, aunque al principio nos encontremos con diversas negativas (‘no quiero ir, acabo de ir, no tengo ganas’), poco a poco vamos a ir creando un hábito, y cada cierto tiempo van a ser ellos mismos los que acabarán yendo».

DESCANSO

Sin un buen descanso, nadie empieza bien el día. Hay veces que se necesita un tratamiento farmacológico bastante estricto, dependiendo de la situación; aún así es importante crear un ambiente tranquilo, evitando cualquier situación que pueda resultar estimulante. «Dormir siempre en la misma cama y acostarse a la misma hora; si siempre siguen los mismos pasos, se crea una rutina.» Con pequeños detalles se pueden lograr grandes resultados. «Si está alterado, hay que sentarse con él, esperar unos minutos y volver a empezar todo el proceso, pero nunca insistir.»

De esta forma, tanto ellos mismos como el familiar descansarán mejor. «Siempre les recomiendo que escuchen música relajante, que duerman con luz tenue, que no se acuesten muy tarde ni tomen bebidas con cafeína y, en caso de que haya un tratamiento farmacológico, que se siga», indica Beatriz como profesional de enfermería.

A veces, a pesar de que un familiar aporte todo lo posible, las cosas suceden debido al propio deterioro de la enfermedad. Estos espacios de encuentro entre cuidadores les ayudan a darse cuenta de que no sólo les pasa a ellos, se sienten más apoyados y ven que hay cosas que no se pueden evitar, aunque sí mejorar.

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afa

 

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